Los "Metabarones" de Jodorowsky y Giménez, reunidos por primera vez en un tomo en castellano
La serie "La casta de los Metabarones", un clásico moderno del cómic de ciencia-ficción con guión del cineasta y escritor chileno Alejandro Jodorowsky e ilustraciones del dibujante argentino Juan Giménez, aparece por primera vez en ecastellano reunida un volumen de lujo, que edita Random House Mondadori.
Inspirado por la tragedia griega y por la obra de culto "Dune", el cómic recrea un universo sometido por un imperio sediento de nuevas fuentes de energía, y compuesto de planetas donde conviven humanos con implantes cibernéticos, robots de avanzada inteligencia artificial y criaturas fantásticas.
Un linaje de guerreros invencibles -los Castaka- y una codiciada sustancia capaz de hacer ingrávido a cualquier objeto -la Epifita-, son los ejes de la trama de los Metabarones, que se extiende en casi 600 páginas y se ramifica en múltiples líneas argumentales paralelas.
Las historietas de los Metabarones vieron la luz en 1981 en la revista de Jodorowsky "El Incal", y se desarrollaron más tarde en una serie de ocho álbumes que fueron publicados en España desde 1992 a 2003.
La serie completa se publica ahora en una cuidada edición de tapa dura, que incluye un epílogo de los autores, entrevistas a los mismos y el relato inédito "El tatuaje de los Castaka".
El honor, el destino, el parricidio o el incesto son algunos de los temas de esta saga épica, enriquecida con el trasfondo metafísico que aporta Alejandro Jodorowsky (1929), novelista, poeta, filósofo, cineasta e inventor de la terapia de la "psicomagia", una mezcla de psicoanálisis, teatro y chamanismo.
Según explica Jodorowsky en el epílogo, el cómic evoca "el origen y evolución de las tradiciones", retrata a la familia "como a un mismo organismo" y contempla "al heredero de un linaje como el vehículo inconsciente de todos sus antepasados".
La originalidad de los Metabarones reside en que "no incorpora un héroe central, sino la saga de toda una familia -afirma Jodorowsky-. Aunque es la misma historia, en cada álbum el héroe cambia, en el transcurso de las generaciones".
"Othon, el trisabuelo, "Honorata, la trisabuela", "Aghnar, el bisabuelo", "Oda, la bisabuela", "Cabeza de Acero, el abuelo", "Doña Vicenta Gabriela de Rokha, la abuela", "Agora, el padre-madre", y "Sin Nombre, el último Metabarón", son los miembros de la saga que dan título a los ocho álbumes.
Desde el origen de la saga de guerreros perfectos hasta el último Metabarón conocido, la historia familiar está marcada por los dramas y la nobleza propios su linaje, y se ve envuelta en luchas motivadas por el poder, la religión o la ciencia.
El relato transcurre en "un imperio galáctico podrido del que se diría que no se puede encontrar nada bueno -escribe Jodorowsky-, salvo el código de honor de la casta, que les sitúa por encima de la gente corriente, pero es terrible hasta lo inhumano".
El dibujante argentino Juan Giménez, responsable del artificioso dibujo de los Metabarones, afirma en el epílogo que "la conseguida mezcla de tecnologías futuristas y arcaísmos medievales" fue lo que mas me sorprendió del guión de Jodorowsky.
Giménez cita entre sus referentes pictóricos a David, Rembrandt, los ilustradores italianos Hugo Pratt y Norman Rockwell y la estética de las películas de Akira Kurosawa, y afirma que buscó "una representación gráfica de esos elementos contrastados, híbridos, y por tanto portadores de una nueva forma de la realidad".
El dibujante argentino, diseñador industrial de formación, plasmó en la obra sus conocimientos de ingeniería industrial y aeoronáutica para concebir "sofisticadas máquinas de tecnología muy avanzada", que combina con trajes y armaduras inspiradas en la Edad Media, el renacimiento y el Japón feudal.
Inspirado por la tragedia griega y por la obra de culto "Dune", el cómic recrea un universo sometido por un imperio sediento de nuevas fuentes de energía, y compuesto de planetas donde conviven humanos con implantes cibernéticos, robots de avanzada inteligencia artificial y criaturas fantásticas.
Un linaje de guerreros invencibles -los Castaka- y una codiciada sustancia capaz de hacer ingrávido a cualquier objeto -la Epifita-, son los ejes de la trama de los Metabarones, que se extiende en casi 600 páginas y se ramifica en múltiples líneas argumentales paralelas.
Las historietas de los Metabarones vieron la luz en 1981 en la revista de Jodorowsky "El Incal", y se desarrollaron más tarde en una serie de ocho álbumes que fueron publicados en España desde 1992 a 2003.
La serie completa se publica ahora en una cuidada edición de tapa dura, que incluye un epílogo de los autores, entrevistas a los mismos y el relato inédito "El tatuaje de los Castaka".
El honor, el destino, el parricidio o el incesto son algunos de los temas de esta saga épica, enriquecida con el trasfondo metafísico que aporta Alejandro Jodorowsky (1929), novelista, poeta, filósofo, cineasta e inventor de la terapia de la "psicomagia", una mezcla de psicoanálisis, teatro y chamanismo.
Según explica Jodorowsky en el epílogo, el cómic evoca "el origen y evolución de las tradiciones", retrata a la familia "como a un mismo organismo" y contempla "al heredero de un linaje como el vehículo inconsciente de todos sus antepasados".
La originalidad de los Metabarones reside en que "no incorpora un héroe central, sino la saga de toda una familia -afirma Jodorowsky-. Aunque es la misma historia, en cada álbum el héroe cambia, en el transcurso de las generaciones".
"Othon, el trisabuelo, "Honorata, la trisabuela", "Aghnar, el bisabuelo", "Oda, la bisabuela", "Cabeza de Acero, el abuelo", "Doña Vicenta Gabriela de Rokha, la abuela", "Agora, el padre-madre", y "Sin Nombre, el último Metabarón", son los miembros de la saga que dan título a los ocho álbumes.
Desde el origen de la saga de guerreros perfectos hasta el último Metabarón conocido, la historia familiar está marcada por los dramas y la nobleza propios su linaje, y se ve envuelta en luchas motivadas por el poder, la religión o la ciencia.
El relato transcurre en "un imperio galáctico podrido del que se diría que no se puede encontrar nada bueno -escribe Jodorowsky-, salvo el código de honor de la casta, que les sitúa por encima de la gente corriente, pero es terrible hasta lo inhumano".
El dibujante argentino Juan Giménez, responsable del artificioso dibujo de los Metabarones, afirma en el epílogo que "la conseguida mezcla de tecnologías futuristas y arcaísmos medievales" fue lo que mas me sorprendió del guión de Jodorowsky.
Giménez cita entre sus referentes pictóricos a David, Rembrandt, los ilustradores italianos Hugo Pratt y Norman Rockwell y la estética de las películas de Akira Kurosawa, y afirma que buscó "una representación gráfica de esos elementos contrastados, híbridos, y por tanto portadores de una nueva forma de la realidad".
El dibujante argentino, diseñador industrial de formación, plasmó en la obra sus conocimientos de ingeniería industrial y aeoronáutica para concebir "sofisticadas máquinas de tecnología muy avanzada", que combina con trajes y armaduras inspiradas en la Edad Media, el renacimiento y el Japón feudal.